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¿Qué es ser megalómano? La Megalomanía y sus virtudes.

La Megalomanía; pros y contras.

Megalómano; preguntas que abordaremos y que se les dará solución. A continuación resolveremos todo.




Orígenes en el psicoanálisis

El psicoanalista Sigmund Freud ya se encargó de hablar de la megalomanía como un rasgo de personalidad vinculado al neuroticismo. Algo que él mismo se encargaba de tratar a los pacientes que llegaban a su consulta.

Más allá del psicoanálisis de Freud, otros seguidores de la corriente psicodinámica han llegado a definir la megalomanía como un «mecanismo de defensa«. Un mecanismo llevado a cabo para que la realidad no contraria a los impulsos inconscientes, ya que nos llevarían a comportarnos intentando satisfacer todas nuestras necesidades inmediatamente, como si tuviésemos un poder ilimitado.

Obviamente, no tenemos esa omnipotencia que le gustaría tener a esa parte subconsciente de nuestro cerebro. Por eso, estos psicodinámicos, afirmaban que distorsionamos la realidad para que parezca que sí lo tenemos. De ahí la megalomanía, que nos ayudaría a evitar sufrir una continua frustración.

Sin embargo, la psicología clínica de nuestros días va por un camino muy distinto a la fundada por Freud.

¿Qué es ser megalómano o megalómana?

Una persona megalómana, es decir, que padece megalomanía, es aquella que se comporta como si tuviera una posición social y económica muy superiores a las reales.

Es una actitud y trastorno mental que padece la persona que se cree socialmente muy importante, poseedora de enormes riquezas y capaz de hacer grandes cosas (independientemente de ser verdad).

¿Seguro que conoces a alguna persona así verdad? Pues esto es un trastorno de la personalidad más allá de lo que piensas. Quizás esa persona conocida no está a la altura de ser megalómano, pues este trastorno es excesivo para muchos.

Trastornos de conducta y personalidad similares al de una persona presumida, egocéntrica, fantasiosa, jactanciosa, etc. Incluso alguien vanidoso o maniático.

Por otro lado, los rasgos megalomaníacos son más frecuentes en la sociedad como parte de los trastornos de personalidad. Que pueden pasar desapercibidos en puestos de gran capacidad o de más poder, en personas relevantes.



¿Cómo son las personas megalomaníacas? ¿Cómo detectarlas?

Las personas que presentan un patrón de comportamiento asociado a la megalomanía pueden ser de varios tipos, pero evidentemente presentan algunas características comunes.

  • Se comportan como si tuvieran un poder ilimitado. Lo cual puede conllevar a meterse en problemas serios.
  • Se aprovechan de esta supuesta omnipotencia, en el sentido de que les gusta poner a prueba sus capacidades.
  • No aprenden de sus errores y la experiencia no hace que corrijan sus fallos.
  • Se encuentran constantemente fingiendo para dar una imagen idealizada de sí mismos.
  • Se fijan mucho en la manera en la que los demás reaccionan ante lo que hacen o dicen. Aunque si los otros los rechazan por sus comportamientos, las personas con un grado extremo de megalomanía tenderán a pensar que el problema es de los demás.

Megalomanía según expertos

Los psiquiatras y psicólogos distinguen entre 2 tipos;

  • Rasgos o trastorno de personalidad megalomaniáca: Se da cuando la forma de ser está influenciada por un concepto grandioso de sí mismo. Una autoestima alta que les lleva a sesgar, alterar o filtrar la realidad. Personas satisfechas con su forma de ser, que a veces no creen en la propia realidad. Con tratamientos pueden llegar a darse cuenta de esta alteración.
  • Trastorno delirante megalomaniáco: Se da cuando una persona, en un momento de su vida y durante un largo periodo de tiempo, se ve inmersa en un delirio y se ve alguien único. Para aquellos individuos que se ven grandiosos, su visión de sí mismos y de la realidad es la única posible. Muy inflexibles para reconocer otro tipo de realidad.

Para el psicólogo José Serrano, del gabinete Área Humana, mientras los rasgos megalomaníacos forman parte de una personalidad conformada desde la infancia y que se desarrolla plenamente en la edad adulta, el trastorno delirante aparece en un momento dado.

La psiquiatra Laura Ruiz, de los centros médicos Milenium Sanitas, explica que en el trastorno megalomaníaco aparecen ideas delirantes, como creerse dios o un profeta, entre otros. Siempre fuera de la realidad y con una idea fija difícil de revocar.



Megalómano; Narcisista con delirios de grandeza

Personas con un concepto muy elevado de sí mismos, algo más que un simple narcisista. Con comportamientos que rebasan los delirios de grandeza y la omnipotencia se hacen excesivamente inalcanzables para el resto de mortales. Aunque su realidad sea otra, su vanidad les puede ayudar en muchas ocasiones para alcanzar el éxito social y económico. Esto lo tomaremos como una ventaja respecto a las contras de esta conducta.

Imagen interna de un megalómano

Las personas con rasgos megalómanos “creen que tienen una capacidad mayor de la que realmente tienen y eso hace que puedan llegar a puestos de poder o de más influencia. Además, socialmente están bien vistos y valorados, pero no son empáticos”.

Sin embargo, aunque muestren mucho aplomo y seguridad en sí mismos, cuando se hace un análisis en profundidad de su personalidad se detecta que pueden ser individuos con muchas carencias y con un sentimiento de inferioridad o vacío desde los primeros vínculos con los padres.

En los narcisistas se ha estudiado que las relaciones con los padres son de muy poca afectividad positiva. Los padres, o no están presentes, o no son capaces de darse cuenta de las necesidades del niño, quien tiene que mostrar una imagen de sí mismo grandiosa para que el padre lo vea, se fije”. Destaca la psiquiatra Laura Ruiz.

Cada personalidad se conforma en función de su biología y del aprendizaje familiar. En la mayoría de los casos se describe el narcisismo en personas seguras, que quedan por encima de los demás, con éxito social o con afán de notoriedad. Algo muy similar a un comportamiento megalómano.

También aparecen estos comportamientos en personas que aparentemente son más sumisas. Pero que se hacen imprescindibles de cara a los demás, que están por vocación al lado de los demás, ofrecen la imagen de “yo soy el mejor”.



Personajes históricos megalómanos.

La megalomanía está asociada al poder y a destacar en público rasgos narcisistas.

Personalidades históricas como Julio CésarNapoleón Bonaparte, o incluso Hitler, son personajes históricos a los que se les atribuyen estos rasgos megalómanos y narcisistas que les impulsaron a llevar a cabo la conquista del mundo.

Uno de los casos recientes de megalomanía en España ha tenido lugar en los juzgados. Hace unos años, el caso del joven Francisco Nicolás Gómez Iglesias o «Pequeño Nicolás», fue lo más parecido a una personalidad de este tipo. El informe médico forense, que recoge el auto de la jueza de instrucción número 24 de Madrid, ha observado en él “una florida ideación delirante de tipo megalomaniáco”. Se hizo pasar por asesor del Gobierno y del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) con uso de documentación falsa. Tras varios juicios finalmente acabó en libertad provisional.

Síntomas y señales de este trastorno

El término «megalomanía» no tiene un apartado propio y por lo tanto no se puede considerar en sí mismo un trastorno mental, sino en todo caso parte de la sintomatología.

Así pues, la megalomanía puede jugar un papel en un cuadro diagnóstico. Concretamente, para saber si la megalomanía forma parte de un trastorno, se presta especial atención a si la persona presenta ideas delirantes o no las presenta.

Las ideas delirantes son aquellas que se fundamentan en una lógica claramente inadecuada. Ideas que solo tiene sentido para la persona que sostiene estas creencias o cuando se es incapaz de aprender a través de la experiencia la inutilidad de estas ideas. Incluso cuando el hecho de actuar de acuerdo a estas ideas resulta problemático o inadecuado.

Una persona que haya sido diagnosticada entre otras cosas por sus tendencias a la megalomanía tenderá a creer que tiene más poder del que una persona tendría en su situación, y el hecho de que mantener estas creencias le lleve a fracasar perjudicándole seriamente no le hará cambiar de idea.

La ideación delirante permanecerá ahí aún después de haber perdido peleas contra varias personas a la vez. Un ejemplo es el de haber sido rechazado por muchas personas al haberse presentado de una forma muy presuntuosa.

Además, como la megalomanía está relacionada con el trastorno narcisista de la personalidad, muy probablemente tenderá a preocuparse por la imagen que da.



Megalomanía asociada a otros trastornos

La megalomanía puede estar asociada; tanto al complejo de superioridad como al de inferioridad.

El individuo puede pasar de un estado de exaltación a sentirse humillado, avergonzado. Florece esa parte escondida que coincide con la baja autoestima o inferioridad. Conviven las dos personalidades, vive una dicotomía, por eso se considera un trastorno.

La megalomanía se considera un síntoma o la expresión de trastornos de personalidad; como el narcisismo, la psicopatología o trastorno social, o inlcuso el histriónico. Este último trastorno lleva al individuo a necesitar reconocimiento continuo y ser el centro de atención.

Además de presentar rasgos dramáticos, susceptibles, emocionales que radican en la extravagancia.

Aparece asimismo en el trastorno bipolar y en los trastornos delirantes crónicos. Como por ejemplo, una mujer que cree ser un personaje televisivo o que la adora.

Tratamientos para un megalómano

El psicólogo José Serrano, mencionado anteriormente, pone de ejemplo de megalómano a Frank Abagnale. Un personaje real interpretado por Leonardo DiCaprio en la película «Atrápame si puedes». Un personaje quien antes de cumplir los 20 años ya había ganado millones de dólares trasgrediendo todas las normas guiado por su ansía de grandiosidad.

Si alguien tiene afán de ser superior a los demás suele decantarse por profesiones como la medicina, la política, funcionarios de alto rango, etc. Se da en los dos sexos pero se expresa de forma distinta: el hombre a través del poder, la mujer mediante la seducción”.

Un trastorno difícil de diagnosticar porque no es el perfil de persona que suele sentarse en el sofá del psicólogo. No suelen considerar que tienen un problema.

Los tratamientos psicológicos irían dirigido a hacerle ver que esas creencias de grandeza son falsas. Intentar derribar la pared de lo que el percibe y en lo que cree para hacerle ver que es falso.

Otros recomiendan un tratamiento combinado; psicológico y farmacológico. Con neurolépticos, que ayudan a rebajar la intensidad de la idea delirante.


CONCLUSIONES Y CONSEJOS

Desde la perspectiva y el estudio de la psicología, utilizar la definición popular del concepto «megalomanía» entraña un peligro evidente. Por un lado, banalizar con una serie de síntomas que se dan en cuadros clínicos y empeoran la calidad de vida de las personas que lo experimentan. Y por el otro, construir una falsa alarma social alrededor de una epidemia inexistente.

Hay gente que simplemente tiene una autoestima y un optimismo muy superior a la media, y no hay nada malo en ello. ¡No hay que sacar las cosas de quicio!

No hay nada de malo en creerse mejor que el resto, de hecho muchos artistas y deportistas de élite se lo creen, pero es debido a que las personas que les siguen lo sobrevaloran. Incluso lo supervaloran como si se tratase superior a cualquier habitante de la Tierra.

El problema es que hay que ser más humilde con las acciones que tomamos y dejar así que el resto haga de ti una gran persona.

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